Algunas especies se pueden considerar como verdaderos indicadores del estado de salud de los ecosistemas y nos ayudan a evaluar la calidad de nuestro entorno. Su desaparición se puede considerar como una alarma que nos indica un efecto que también nos puede perjudicar a nosotros mismos.
Son aquellos organismos que ayudan a descifrar cualquier fenómeno o acontecimiento actual relacionado con el estudio de un ambiente A cada especie o población le corresponden determinados límites de condiciones ambientales entre las cuales los organismos pueden sobrevivir, crecer y reproducirse. Las especies más útiles deben ser en general abundantes, fáciles de identificar y que sus límites de tolerancia sean más estrechos. Los macroinvertebrados acuáticos y algunos peces son un buen ejemplo para estudiar la calidad del agua de los ríos, y algunas aves exigentes para evaluar el estado de sus hábitats como bosques naturales (urogallo), hábitas esteparios (rocín), mirlo acuático (ríos de montaña).
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